lunes, 23 de julio de 2018

Historia de la Quija

La Ouija es uno de los grandes iconos del espiritismo. La idea de que nos podamos comunicar con seres incorpóreos y sobrenaturales ha seducido a mucha gente desde que este tablero de madera con letras y opciones de respuesta fuese creado en el siglo XIX.

La idea es simple: un tablero en el que figuran escritas todas las letras del abecedario, los números del 0 al 9 y opciones básicas como "sí", "no", "hola" y "adiós". Para utilizar la Ouija, los participantes colocan sus dedos sobre una placa o vaso que colocan sobre el tablero, formulan preguntas y ven cómo el objeto se va deslizando sobre las letras y números ofreciendo respuestas como si cobrase vida propia.

Pero la Ouija no funciona
Como era de esperar, las sesiones de Ouija no pueden ser explicadas atribuyendo el movimiento de la ficha o del vaso a fuerzas del más allá. No es solo que no tenga sentido creerlo, es que se puede demostrar mediante una sencilla experiencia que el profesor Larry Barrieau se encarga de llevar periódicamente con sus alumnos.

En estas sesiones, en primer lugar, el profesor pide a sus alumnos que digan en qué medida creen en el espiritismo. Luego, escoge a las personas más creyentes y convencidas de que la Ouija funciona y les pide que escojan un tablero que crean que funciona para contactar con los espíritus. Una vez los estudiantes han elegido, comienza la sesión de Ouija, y se les promete que si el movimiento de la ficha señala las respuestas correctas a las preguntas que les serán formuladas, toda la clase tendrá una nota de excelente. Pero con un pequeño cambio: los alumnos han de sujetar una cartulina bajo su barbilla, de modo que no puedan ver las letras ni los números del tablero.

En todas las experiencias que Larry ha conducido, las respuestas nunca tienen sentido, básicamente porque los estudiantes no pueden ver nada de lo que ocurre en el tablero. Sin embargo, la ficha de madera sí se mueve sin que los alumnos tengan sensación de controlarla. ¿A qué se debe esto?

El efecto ideomotor
Por supuesto, hay personas que creen que su funcionamiento se basa en una capacidad real de contactar con el más allá, pero si descartamos esta posibilidad y nos centramos en la explicación científica que explica la existencia de personas que creen en la eficacia de la Ouija después de haber experimentado con ella, ¿qué queda? A continuación veremos el fenómeno psicológico que permite entender por qué la Ouija parece estar conectada con espíritus. Su nombre es efecto ideomotor.

Este es un concepto que sirve para describir el fenómeno por el cual ciertas personas sugestionadas mueven partes de su cuerpo de manera involuntaria, haciendo que estos movimientos tengan una conexión lógica con creencias, deseos o ideas que se expresan de manera inconsciente. Por lo tanto, la idea de los procesos mentales que se encuentran fuera del alcance de nuestra consciencia juega un papel muy importante para entender cómo puede aparecer este tipo de sugestión.

Un ejemplo experimental
La teoría del efecto ideomotor ha sido observada en varias experiencias realizadas en un ambiente de laboratorio.

En una de estas experiencias, se eligió una serie de voluntarios y se les pidió que respondiesen a una serie de preguntas a través de un ordenador, seleccionando las opciones "sí" o "no". Después, se les pidió que hiciesen algo parecido, pero utilizando un tablero de Ouija en vez de un programa informático. En esta ocasión, además, un acompañante pondría su dedo en la placa de madera a la vez que ellos, pero debían contestar con los ojos vendados. Pero esta investigación contenía una sorpresa: en cuanto los ojos habían sido vendados, la persona que acompañaba al voluntario en la sesión de Ouija se retiraba de la mesa, haciendo que solo quedase un dedo reposando sobre la ficha de madera que, sin embargo, se movía.

Los resultados mostraron que los participantes se quedaban muy sorprendidos al saber que nadie les había acompañado en la sesión de Ouija, ya que muchas veces creían que la otra persona estaría compinchada con los investigadores y se encargaría de mover la ficha. Además, las preguntas cuya respuesta no se sabía con seguridad eran acertadas en un 65% de las ocasiones. De algún modo, el hecho de que inconscientemente creyesen más en una respuesta que en la otra y que no descartasen la posibilidad de que los espíritus se manifestasen a través de la Ouija para dar una respuesta por ellos hizo que, sin darse cuenta, dieran una respuesta ellos mismos.

Datos Históricos

A pesar de que la ouija se remonta a las actividades espiritistas en Europa, el boom en Estados Unidos se dio en el siglo XIX, específicamente en 1848 con las hermanas Fox, que vivían en el norte de Nueva York, quienes aseguraban recibir mensajes del más allá. Las sesiones espiritistas no eran mal vistas, al contrario, se podía compaginar con la practica del cristianismo, pues no tenía nada de malo contactar espíritus y menos en una época donde muchos morían jóvenes.

Comunicarse con los muertos era común, no era visto como algo extraño o bizzaro. Es difícil imaginar que hoy, vemos eso y pensamos “¿Por qué están abriendo las puertas del infierno?”, afirma Robert Murch, historiador que ha estudiado la Ouija desde 1992.

Por supuesto que esto no pasaba por la mente de las personas del siglo XIX, ellos solo querían comunicarse con sus muertos, aunque la frustración crecía cada vez más pues estos mensajes se tardaban en llegar, sobretodo si esperaban un golpe en la letra adecuada para armar la oración. Ahí es cuando entró la compañía Kennard Novelty, los primeros en comercializar la tabla Ouija.


Charles Kennard se reunió con varios inversionistas en 1890, entre ellos Elijah Bond (abogado y topografo de Baltimore) para comenzar la compañía, exclusivamente para la construcción de “la tabla que habla” y quienes realmente le pusieron el nombre de Ouija, que, según la investigación de Murch, no proviene de la combinación de ‘oui’ (sí en francés) y ja (sí en alemán), sino que fue Helen Peters (hermana de uno de los inversionistas, Elijah Bond, y supuesta médium) fue quien propuso el nombre, que significa ‘buena suerte’.

Para lograr patentar la tabla, Helen Peters y Elijah Bond debían demostrar a las autoridades que en realidad la tabla funcionaba. Fue una simple prueba, los espíritus debían deletrear el nombre del encargado de patentes (que, cuenta la leyenda, Peter y Bond desconocían) y si era correcto, la patente era suya. ¿Qué pasó? El 10 de febrero de 1891 lograron la licencia del juguete.  La compañía no explicaba como funcionaba la tabla, solo aseguraba que era verídica, este misterio la hizo un éxito rotundo y llevo a que Kennard Novelty pasará de tener una fabrica a siete en diferentes ciudades.


En los años 20 creció la popularidad de la tabla y después de la Segunda Guerra Mundial llegó a vender 50 mil unidades. En 1967 fue adquirida por Parker Brothers y tan solo en ese año se vendieron 2 millones de tablas, ganándole así al clásico Monopoly.


Por supuesto que no todo era felicidad, hubo varios reportes de crímenes donde los autores aseguraban que la ouija les había indicado cometer asesinatos. Por ejemplo, una mujer en Nueva York aseguraba que la tabla le dijo que matara a su madre y dejara el cuerpo 15 días en su sala antes de enterrarla.

Poco a poco la ouija se fue convirtiendo en un objeto diabólico, pero fue hasta 1973 con el estreno de El Exorcista, que la gente comenzó a verla como una puerta al infierno. Y gracias a grupos extremistas religiosos, esta leyenda creció.

Esto por supuesto no ha dejado que su popularidad baje, con el auge de películas de terror que utilizan la ouija en sus escenas, la curiosidad por este objeto crece y crece cada vez más.


Ouija Parker Brothers


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